miércoles, 15 de octubre de 2008

Tuneles

Esteban tiró el cigarro empapado al suelo. El haberlo fumado a medias era peor que no haberlo fumado; la lluvia se le metió por el cuello. Volvió a entrar al chifa "Ciudad Vieja"

-No puedo creer que hayas dejado el restorán para no fumadores, chino- dijo Esteban
-Muy caro arreglar, siéntate.
En el mantel manchado con salsa de soya había una libreta con una lista
Esto es lo que necesitamos- dijo el chino
*Cuernos
*Cola
*Lengua


La mañana fría era mejor para sentir los olores. En las calles de Puerto Alessandri a las cinco de la mañana los barrenderos recogen los restos de la noche anterior. Los gases de las entrañas de la ciudad suben por las ventilas del metro abandonado.
Los demonios se mueven bajo la ciudad, Esteban los siente.

Mientras bajaba los escalones mohosos el calor aumentaba, la basura se cocina en una sopa humeante en un jugo de olor ácido. Las paredes rayadas con grafitis de valientes y en el suelo los restos de los que no fueron lo suficientemente rápidos.
En una estación de la línea 3 Esteban encontró lo que buscaba. Se alimentaban de un perro despellejado. Cerdos podridos de ojos pantanosos; simios esqueléticos con su pellejo desnudo manchado de púrpura; cabras de pezuñas rotas y dientes rojos en bocas negras. Demonios, los egoístas, los sacrílegos y los paganos, esos están en este nivel. Pero más abajo, en las profundidades de la ciudad los demonios mayores se arrastran en los líquidos primigenios, túneles llenos de garras, alas, picos, pezuñas, ojos rojos.
Crucifijos, balas bendecidas, reliquias de tantos santos, pistola lubricada con agua bendita. Al que separar al más lento de los demonios para comenzar la cacería; el chino no quiere calidad, con el cerdo bastará y los túneles angostos facilitan la cacería.

Oh, el ánimo de cacería. Pum pum pum pum, todo es más lento, el humo en la cara es una caricia líquida, los sonidos son eternos y abrumadores. Correr por los túneles en cámara lenta, sonido de la respiración, los gruñidos guturales del cerdo lleno de pánico. Saben quien Esteban es. Las pezuñas astilladas retumban en ecos fantasmales por los kilómetros de pasillos, una esquina, una curva, un trayecto reto. Revolver Automática .37. BAM!
El cuchillo curvo brilla en los fulgures rojos anaranjados mientras corta cuernos, cola y lengua.

1 comentario:

Unknown dijo...

yo vi el original