jueves, 9 de diciembre de 2010


-Llevas más de diez minutos con la botella en la mano como si fuese un micrófono. Vas a beber o no?- Dijo Natalia interrumpiendo el discurso de Herzog sobre nada en particular, nada serio, nada trascendente, al menos para alguien sobrio. Herzog miró a Natalia, dándose cuenta de que ella tenía razón, dio, un sorbo a la botella de líquido repugnante y se vio en su cara. Se la entregó a Natalia.

-de qué hablaba?- dijo para ver si Natalia lo había estado escuchando pero en realidad, en esos pocos segundos, se le había olvidado completamente de que hablaba.

-Ni tú ni yo lo sabemos- dijo Natalia sin mirarlo, echando la cabeza hacia atrás y empinando el codo.

Herzog miró su reloj sólo por mirarlo, para recordarse de que el tiempo existía y que esto no era un sueño. La música seguía sonando y cambiaba de álbum y tenía frío, por lo tanto el tiempo si transcurría y no era un sueño.

-Cuándo nos besaremos?- le preguntó a Natalia sin ninguna intención oculta. Sólo era que le preocupaba que, cuando se besaran, él estuviera demasiado ebrio y nauseabundo, pero Natalia iba hacia el mismo lugar que él. Las oportunidades eran escazas.

-No creo que esta noche, pero gracias por el alcohol de todas formas-