domingo, 14 de junio de 2009

_ El dezierto estático. Hecho de polvo, gravilla y rocas. El sol clavado en el cielo calienta directamente desde su cenit pero un viento fresco azota la llanura. Herzog camina por el desierto, pero preparado para él. Lle va botas de cuero de serpiente, pantalones de lona , una camisa de lino con codos reforzados, un gorro de piel de zorro y lentes Ray-Ban. Además lleva consigo, en el cinturón, una cantimplora metálica gastada y una bolsa de cuero, el objeto más finamente elaborado de todo lo que lleva. En la mano tiene un gran imán. Escucha música, un albumde Radiohead en su mp3, Ok Computer.
_ En un punto arbitrario se detiene. Mira hacia el horizonte que no termina, mira hacía atras y ve el humo que sale de los hogares de la aldea. Sube el volumen y espera que Paranoid Android comience. Cuando lo hace arroja el imán lo más lejos que puede y toma un sorbo de agua de la cantimplora. Camina lentamente hacia el imán, lo recoje, toma la bolsa y guarda todas las piedritas que se pegaron al imán. Repite esto hasta que le queda la mitad de la cantimplora. Da media vuelta, toma un sorbo de agua y arroja el iman; repite esto hasta regresar a la aldea.

sábado, 13 de junio de 2009

¿Recuerdas los cigarros indios

bajo la lluvia?

Se nos durmieron

Hasta los tobillos

Buscando empanadas

Para la musa

Aquí no llueve,

La musa se fue

Deliró

Y los cigarros indios

No llegan a aquí

Ya no te veo

Solo te leo

Lejana

Pero más lejano yo

Hay gente que nace

Para morir

Dijiste

Y no dudé de que

No éramos de esos

Mientras te mordía

Los dedos de los pies

Dale, te toca

Dijiste

E inhalé

Puf puf cof cof

Amor de ojos rojos

Amor de cuerpos irrigados

Hay gente fósforo

Y gente bengala

Yo soy zippo

Y tú estrella

miércoles, 10 de junio de 2009

_Se concentró en las pelusas y particulas de polvo que brillaban contra la luz que entraba ociosamente por una rendija en la cortina. Puso todo lo que pudo en observar el polvo, pero todo lo que puedo no era mucho. Quería convertirse en un átomo de piel muerta, brillar por un momento y luego desaparecer para siempre en el polvo, pero le faltaba mucho tiempo para convertirse en polvo. Herzog estaba sentado en su cama, escuchando a Christina Rosenvige, en su mp3, cantar como si acabara de despertarse luego de haber hecho el amor y dormido plácidamente; una sensación que Herzog no vivía hace mucho tiempo. Se levantó ceremoniosamente de la cama y fué hacia la cortina. Aburrido de ver el polvo (y de constantemente morderlo) abrió las cortinas. El sol entró suavemente y lo abrigó con timidez. Herzog se quedó unos momentos viendo por la ventana. Los perros ladrar, los autos pasar, los vecinos gritar, el viento golpear los árboles; todo en silencio, acallado por el vidrio. De todas formas Herzog no podría haberlos escuchado, porque en ese momento Christina le cantaba al oido "Muertos o algo mejor"

miércoles, 3 de junio de 2009

En Climas Bipolares

Primero se despertó, luego abrió los ojos. Incluso la penumbra selvática que reinaba en la pieza le causó un profundo y agudo dolor, como inyecciones en los costados del cráneo. Cerró los párpados con fuerza, para sólo conseguir más dolor al hacerlo. Su cuerpo era más con un conjunto de piezas separadas que una unidad. Se sentía como un monstruo de Frankenstein mal armado; como un zombie con las articulaciones rotas.
Lentamente y de forma reptiliana estiró su brazo derecho hacia el velador a un costado de la cama, buscando sus lentes oscuros. Golpeó la lámpara, botó el control remoto pero encontró los lentes. De la misma forma en la que movió su brazo se puso los lentes. Abrió lentamente sus párpados y pudo oír como rechinaban y hacían un ruido similar al de piedra contra piedra. Sus ojos eran como la tumba de Jesús, pensó.
Pudo ver. Pudo ver que veía. Pudo ver que veía bien. Una buena señal. Mentalmente revisó el estado y posición de su cuerpo sobre la cama. Se sentía hinchado, pegajoso y colorado; estaba acostado de espaldas como un vampiro junto a una mina. ¡Junto a una mina! Pero estaban completamente vestidos. Herzog lamentó eso. Vio que era la que quería que fuese, la pequeña rubia de pelo corto con buenos dientes. Se hizo conciente de estar vestido y sintió como sus pies ardían dentro de las botas. Era invierno y el polerón lo asfixiaba y la chaqueta lo oprimía. De la misma forma que un vampiro se levantó elevando el torso y exhalando. Sintió como su cerebro se movió dentro del cráneo golpeándose con las paredes.