Nitro llegó al café 15 minutos antes como estaba planeado. Se sentó en los sillones y pidió un cortado doble cargado, un cenicero y azúcar. Cuando se los trajeron posicionó el café a la derecha y el cenicero a la izquierda y el azúcar entremedio. Ésas eran las señas que debía dar.
Según su reloj, a las 14:29 entró Glicerina, en su reloj también decía 14:29.
Glicerina sujetaba en su mano izquierda un marlboro rojo y en la derecha un encendedor a gas café.
Se reconocieron inmediatamente y las señas del orden de la mesa y los cigarros fueron solo para confirmar.
Glicerina se sentó frente a Nitro y dijo el código
-A una primavera en calma
-Siempre le sucederá un verano fatal. Nitro sujetó la mano de Glicerina y saltaron chispas que chamuscaron las servilletas.
Nitro le pidió un cigarro a Glicerina y le invitó un café. Estuvieron toda la tarde y toda la noche enamorándose como jamás volverían a enamorarse.
Cuando los echaron del café al pie del edifico de oficinas y nadie más andaba en las calles se miraron a los ojos, vieron el sol escondido más allá de la retina y se besaron entre explosiones.