Tomasa

No sé que me llevó a pensar en Tomasa, la Negra Tomasa, Valeria; pero yo algunas veces le dije Ardillita. Estuvo conmigo por mucho tiempo, en realidad no recuerdo si fue mucho, pero al menos en mi memoria ella es una de las protagonistas. Creo haberla amado de una forma que solo la amé a ella. Si cliché, pero yo amé de muchas formas.

Hacía al final de su capítulo ella se fue a Paris, con un gallo. (Con Tomasa siempre hubo un gallo). Perdimos contacto lentamente mientras nuestra presencia en internet cambiaba. Creo que la última vez que hablé con ella fue porque marqué mal en el celular.

Imagino como sería ir a buscarla. Buscarla a Paris, al final terminé con cursilerías. Yo imaginaba a Tomasa en el San Francisco de Kerouac. Mardou Fox Tomasa. Ese libro se lo di a Tomasa, no se donde estará.

No hablo francés. No me imagino aprendiendo francés, me imagino eso si en bares rojizos preguntar por Tomasa en un pésimo francés (mon françe se patetique) sosteniendo una foto de Tomasa a los 23. Talvez ella ya no sería Tomasa, pero si alguien la reconoce por Tomasa será una verdadera pista. Imagino fiestas en buhardillas (oximoron zoológico) donde cada negra que vea podría ser Tomasa. La frase que más diré será “lo siento, te confundí”.

¿Y si la encuentro? No sería lo mismo. No sería lo mismo, para nada. Ugh! Tomasa con un hijo. Tomasa en sus últimos días, Tomasa bajo tierra. Preferiría que nunca apareciera, que las pistas fueran divergentes. Que los rumores sean mitos, que existan versiones distintas de la vida de Tomasa. Tomasa eterna en cualquier parte del mundo, viviendo para siempre, siempre importándole lo que REALMENTE importa.

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